De la definición de relación se infieren las siguientes propiedades:
Esta propiedad se obtiene del hecho de que el cuerpo de una relación es un conjunto (en el sentido matemático) y los conjuntos por definición no contienen elementos repetidos. De aquí podemos desprender un corolario importante: el conjunto total de atributos de la relación es siempre una llave primaria.
De nuevo esta propiedad se desprende al observar que el cuerpo de la relación es un conjunto no ordenado; esto quiere decir que a ninguna n-ada se le puede asignar el título o nombre de la primera n-ada, segunda, o el número que sea de la relación y por supuesto tampoco existe el concepto de la n-ada siguiente en la relación misma3.4.
Esta propiedad se sigue del hecho de que el encabezado de la relación está definido como un conjunto. Como es de esperarse, no existen los conceptos del primer ó n-ésimo atributo, ni del siguiente atributo. De manera analoga se puede manejar una relación que controle tal orden.
Esta propiedad debería decir: todos los valores de los atributos sencillos son atómicos. Esto es una consecuencia al hecho de que los dominios son sencillos --i.e. contienen valores atómicos solamente (si se tuviesen atributos compuestos, éstos siempre pueden verse como la concatenación de atributos sencillos).
Esta última propiedad implica que todas las relaciones están normalizadas3.5 en lo que al modelo relacional concierne, de aquí que en el modelo relacional al hablar de una relación siempre se tiene en mente que es una relación normalizada. Hablaremos más al respecto en el capítulo 4.