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En general no tiene por qué pasar nada, pero cualquier desarrollador Debian aconsejará siempre usar la versión estable. En los casos de necesidad de un determinado software, presente sólo en la versión en desarrollo o incluso no existente aún en Debian, aparece el conflicto: ¿qué hacer?, ¿espero a que lo empaqueten?, ¿descargo las fuentes, lo compilo e instalo?. Esperar a que lo empaqueten (se incluye aquí la posible sugerencia de inclusión del paquete en la distribución), dado el tremendo volúmen de trabajo que ya tienen los desarrolladores, no parece la vía más rápida (aunque si la óptima) de solucionar el problema. Por otro lado, el descargar las fuentes, compilar e instalar no está al alcance de la mayoría si lo que se pretende es llegar a una audiencia más amplia que la de los habituados usuarios experimentados.
Lo peor de todo lo anterior es sin duda que Debian GNU/Linux puede no estar llegando a su público natural debido a que éste en un alto porcentaje instale lo que las publicaciones especializadas ofrecen en sus CD's, habitualmente otras distribuciones. Por ende, el software más reciente o simplemente incluido en la revista aparece en forma de actualizaciones para estas mismas distribuciones, al ser consideradas las que probablemente tengan instaladas la propia audiencia de la publicación, alimentando con ello una espiral sin fin.
Debian GNU/Linux sufre de un prolongado tiempo de espera entre versiones estables debido a su estricto proceso de depuración de errores, período en el que adolece del interés de las publicaciones ante la aparente falta de novedades. Esta circunstancia aleja al nuevo usuario que sólo conoce de Debian GNU/Linux los tópicos habituales como es difícil de instalar y mantener o el software está anticuado. Quien conoce Debian sabe de la inexactitud de tales afirmaciones. Quizás no dispone de un entorno tan hermoso para su instalación como otras, pero las cosas evolucionan y de la Debian GNU/Linux 1.3 (Bo) con la que yo empecé a la actual Debian GNU/Linux 2.2 (Potato) hay un abismo de facilidad de uso y configuración. Sólamente por las herramientas de mantenimiento de paquetes disponibles merece la pena conocer de primera mano la distribución.
Resumiendo los porqués de La Espiral:
En el mensaje de Barrapunto se lanzó la pregunta de ¿podemos hacer algo al respecto?, ¿alguien estaría dispuesto a colaborar? En poco tiempo se creó una lista de correo2 y se empezaron a aportar ideas. Este fué el inicio del Proyecto La Espiral.